El corzo ibérico
Cuerzo, cabirol, orkatz, corço,
bicicletas (este nombre popular se lo dan en Teruel, cuando lo vieron la
primera vez no sabían lo que era, pero casualmente sus cuernas se parecen a los
manillares de las bicicletas de velocidad o triahtlon...)
Inglés: Roe deer, Francés: Chevreuil,
Alemán: Reh
Al igual que el resto de ungulados las últimas décadas han vivido un aumento exponencial de ejemplares en las últimas décadas y han ocupado una gran parte de la península, especialmente el centro/norte, pero el corzo ha tenido un componente especial, su forma de expandirse que ha sido “explosiva”, a diferencia del ciervo o la cabra que lo hacen en forma de “mancha de aceite”, esto quiere decir que los jóvenes en dispersión se dispersan en zonas adyacentes a las que han nacido, mientras los jóvenes de corzo se van a kilómetros de distancia, este es el momento en que más corzos son atropellados en las carreteras.
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No ha sido esta la única sorpresa que
nos ha deparado el más pequeño de los cérvidos, los biotopos donde se ha
adentrado han supuesto una sorpresa mucho mayor. Nuestro duende del bosque se ha adentrado en las estepas áridas del valle del Ebro, así que habrá que cambiarle su apodo o quitarle lo "del bosque".
Sabe buscarse la vida, de esta forma en la ribera del Jalón (Zaragoza), zona de cultivo frutal por excelencia, ha descubierto que los campos de manzanos son una buena elección, ya que se riegan por lo que siempre hay hierba fresca y frescor en verano.
Su aspecto y carita de “peluche” induce
a pensar que es un animal dócil, pero ese aspecto esconde a un animal agresivo,
mientras jabalíes o ciervos conviven bien con las personas si se les cría de
pequeños, el corzo macho al primer celo se convierte en un animal muy peligroso.
Descripción
Es el más pequeño de nuestros ungulados
lo que lo hace, junto con sus cuernas y su escudo anal, que sea de fácil
reconocimiento. Su diformismo sexual es muy pequeño, a parte de las cuernas el
escudo anal es diferente en ambos sexos, aunque cada ejemplar tiene un escudo
distinto. En general es blanco, pero los hay color crema o, incluso, marrones.
También poseen unas manchas blancas en el cuello diferentes e incluso algunos sin ellas.
El escudo anal, las manchas del cuello, que solo lucen en invierno, y el color del pelaje nos permiten diferenciar a los ejemplares de un territorio.
Biología
Viven 10-12 años. Llegan a los 30 kilos Madurez sexual 12
meses.
Celo a principio de verano. 2 (1)
crías.
Las hembras del corzo tienen la implantación diferida, diapausa, (las hembras se quedan preñadas pero detienen la división celular) esto lleva a que vallan adelantados con respecto al ciervo en desmogue, crecida de cuernas y celo dos o tres meses, no así en los partos que se producen a la vez.
Los partos se producen entre primeros de abril y mediado junio, esto depende del clima.
Costumbres
Es el ungulado que más plantas herbáceas consume. Pero no se pone a pastar como el ganado, pica un poco aquí, otro poco allá. Hay que tener práctica y conocer la zona para reconocer estas marcas.
Hojas de brócoli en la huerta de Las fuentes (Zaragoza capital)
Llantén en la ribera del Gállego, Zaragoza
Pero también come hojas de algunos árboles.
Es sobre todo el atardecer y el
amanecer las horas en las que está más activo, pero es el más diurno de los
cérvidos, de hecho se mueve a cualquier hora.
Corzos recogidos con trampa fotográfica a las afueras de Zaragoza, a cualquier hora están activos (horario solar)
El horario de la cámara es el solar, hay que sumar dos horas más
Al contrario que el ciervo suele vivir
en pequeñas o medianas manadas, una pareja con las crías del año siendo el
macho el que dirige el grupo, hembras con sus crías o varias hembras, pero esto depende del medio, en los sotos del Ebro en el barrio de las Fuentes de Zaragoza y los de la desembocadura del Gállego filmé hace tres años cuatro hembras y macho juntos, pero en 2022 y 2023 con muchas noches de cámaras trampas en la mayor parte de las ocasiones van solitarios tanto machos como hembras y en bastantes ocasiones un macho y una hembra. El número
de ejemplares por manada depende del medio. Existe una clara correlación en los
ungulados entre los que viven en lugares abiertos, con manadas más numerosas y
los que viven en el bosque con grupos formados por menos ejemplares o incluso
solitarios. Esta diferencia no solo se ve entre especies distintas, también
dentro de la misma especie, sea el corzo o el ciervo.
En la época de celo rompen esta estructura social para volverse muy territorialistas especialmente los machos. En este momento los machos se vuelven más diurnos y sus roncos “ladridos” resuenan en el bosque. Sus “ladridos” se oyen durante el celo o cuando se asustan, la hembra produce un chillido más agudo.
En momentos posteriores a la expulsión de los
jóvenes por sus madres es posible encontrar temporales agrupaciones de machos.
Es muy precavido, siempre en guardia,
excepto, como en el resto de ungulados,
en la época de celo, final de primavera en el Sur, principios de verano en el
norte, en que se despreocupan casi por completo de su seguridad.
No le gusta la presencia humana, pero no nos tienen el más mínimo temor.
Y es desesperantemente desconfiado, motivos por los cuales no resulta demasiado fácil
verlo casualmente, aunque quedándose sentado en mitad del bosque o rastreándolo
en silencio y muy despacio es relativamente sencillo. Mucho cuidado si lo vemos
levantar la cabeza atento al posible ruido que hayamos hecho, al bajarla para
seguir comiendo puede estar engañándonos mientras está atento a que te confíes
y te muevas... Es miope, así que, aunque estés delante del él si no te mueves,
ni le llega tu olor, no se percatará de tu presencia.
Las hembras son menos desconfiadas que los machos. Cuando la hembra entra en celo abandona a sus corcinos durante unas horas o algún día, en este momento son menos desconfiados.
Cuando huyen lo hacen en dirección a su territorio y cuando los vemos dirigirse hacia un lugar de alimentación o un abrevadero lo hace desde su territorio.
Su pequeño tamaño deja unos rastros fáciles de interpretar. Marca en mayor o menor medida a lo largo de todo el año, aunque no de la misma forma y es uno de nuestros mamíferos con un sistema de marcaje más elaborado.
Rastros
Los excrementos las más de las veces
aparecen levemente o muy deformados al ser un animal que come vegetales
tiernos, pero en bosques de clima semiseco pueden ser perfectamente cilíndricos
al comer alimento más seco. Son los más pequeños junto con los del sarrio.
Miden 14x6-7mm como máximo. El color más común es el negro, característicamente
brillante, en zonas húmedas y marrón oscuro en las secas.
Su pequeño tamaño los hace fácilmente reconocibles.
Ciervo
Cabra montés
Corzo
Sarrio
Las huellas son las más pequeñas y
acaban en una punta fina única entre nuestros ungulados ibéricos, solo el pie de la cabra montés se le asemeja, pero acaba en punta roma. La pezuña
llega a medir hasta 5,5cm, siendo
4-4,5x3,5cm lo normal. Cuando las pezuñas aparecen juntas adquieren una
característica forma de corazón. Después del jabalí es el ungulado que más marca las "guardas", los deditos traseros.
Corza acompañada de un corcino
Huella marcando las guardas
Huella marcando las guardas
No resulta muy exigente con el encame,
simplemente araña el suelo apartando la hojarasca y algo de tierra superficial, cuidado porque son similares a las escarbaduras, dos detalles nos dan una pista: la presencia de pelos y que la tierra no está suelta sino "chafada". En otras ocasiones se tumba sin más, dejando leves marcas de las pezuñas y dando al encame una
forma ovalada de algo menos de 1 metro de diámetro.
Cada noche suele usar encames distintos por lo que son más o menos abundantes, pero si un lugar le gusta puede volver a menudo. Podemos estar seguros que cuando localizamos sus encames ese lugar es seguro y por allí no aparece mucha gente.
Cuando paren las hembras esconden a sus
retoños entre la espesa maraña, hierba alta, helechos, etc. Si el parto es
doble o triple dejará a cada corcino en un lugar distinto. En caso de peligro
actuara como el ciervo, saliendo la hembra para atraer la atención sobre sí
misma. En la época de celo deja solos a los corcinos alrededor de 1día para
irse con un macho, en este momento es fácil acercárseles.
En la última etapa de la parada
nupcial, las hembras corren perseguidas por los machos en círculo alrededor de
tocones, árboles, rocas...anillos de brujas, o en forma de 8. Este hecho pueden
realizarlo en el mismo sitio a lo largo de años sucesivos.
Marcas en la vegetación
El corzo usa la vegetación para dejar distintos tipos de marcas y en distintas épocas. Las marcas en la vegetación parecen ser que sirven para llamar la atención en la distancia sobre el verdadero rastro, el químico, que nosotros no podemos reconocer. Marcan en todo su territorio pero cada macho tiene dentro de su territorio una zona denominada “pelao”, esta zona está dentro del bosque y se caracteriza por su escasez de vegetación, arbustos muy comidos y mayor presencia de marcas.
Tira las cuernas cada año, como el resto de cérvidos, e inmediatamente empiezan a crecer envueltas en una especie de terciopelo, la borra. El primer año, meses después de nacer, le salen unos pequeñas cuernecillas, el segundo unas varas sin puntas, se les denomina varetos, al siguiente año empiezan a aparecer las puntas.
Una vez las cuernas han alcanzado su máximo tamaño busca arbolillos pequeños, especialmente pinos y abetos y sobre todo rosales silvestres, aunque esto depende del medio, pues no es lo mismo los bosques de montaña que los sotos ribereños y se restriega en ellos dejándolos más o menos destrozaos, sigue marcando durante toda la época de celo. En la inmensa mayoría de las ocasiones estas marcas las realiza en pequeños árboles y arbustos de no más de 3 centímetros de diámetro. Y aquí juegan factores que no conocemos muy bien pues deja tipos de marcas muy diferenciables: puede frotarse sin dejar una marca con las cuernas y que pasan fácilmente desapercibidas, excepto que no nos llame la atención rastros en el suelo al pie del árbol, un ligero arañazo o pelos en la corteza...
... Pueden ser marcas que ya nos llamen la atención: algunos arañazos, corteza desgastada, pequeños descortezados...
Escarbaduras
Los realizan todo el año en menor medida que los descortezados excepto en agosto en que les superan. Normalmente mientras marcan en los árboles arañan el suelo. Estos arañazos se pueden confundir con las camas en las que han limpiado el sustrato, pero en los arañazos la tierra se ve suelta, mientras que en las camas se ve claramente que la tierra está chafada, si además es época de muda veremos muchos pelos en las camas. En algunas ocasiones estos descortezados no están unidos a un árbol, pueden estar aislados y, en el caso de Zaragoza, parece que les atraen los hinojos.